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DESDE LA CRESTA DE LA OLA ESOTERICA

DESDE LA CRESTA DE LA OLA ESOTERICA
Alejandro Agostinelli

En esta entrevista, el profesor de Filosofía Pablo Capanna (epecialista en Ciencia Ficción), hace un análisis de los ciclos históricos del pensamiento mágico y de las relaciones entre el esplendor de la pseudociencia, posmodernismo, medios de difusión y sectas neorreligiosas. Finalmente, habla de su última obra (aún inédita), Idios Kosmos, donde aborda la problemática del escritor Philip K. Dick.


Pablo Capanna es, sin ninguna duda, uno de los teóricos más lúcidos del mundillo latinoamericano de la Ciencia Ficción. Todos los que han merodeado las orilllas del selecto círculo de amantes de la literatura científico-fantástica, habrán tenido ocasión de encontrarse con alguno de sus artículos en la excelente publicación especializada El Péndulo (según el escritor Sam Lundwall, "la mejor revista de ciencia ficción jamás publicada"). Con más suerte, puede darse el caso de alguien que todavía conserve El sentido de la Ciencia Ficción, editado en Buenos Aires por Columba (1967), que en su momento estuvo entre los tres libros que inauguraron la era de los ensayos críticos en torno de la cf. Este primer libro de Capanna fue, por otra parte, precursor entre los clásicos del género en lengua castellana y texto de consulta insoslayable en distintas universidades.
      
Como profesor de Filosofía,   Capanna actualmente ejerce la docencia en la Universidad Tecnológica Nacional, en la Facultad Regional General Pacheco y pertenece al Consejo de Dirección de la revista cultural Criterio.  Por lo demás, ha reflexionado alrededor de las relaciones existentes entre la técnica y el trabajo, plasmadas en otro de sus libros, La Tecnarquía (Ed. Barral, Barcelona, 1973), aplicando sus aptitudes analíticas al estudio de algunos de sus autores favoritos (Tolkien, Ballard, Cordwainer Smith, Dick, entre otros). También ha observado el problema de las pseudociencias a través del crisol de su especialidad y se dio tiempo para filosofar sobre las condiciones históricas que han dado para que --desde mediados del siglo XX-- detonara la gran bomba de interés social respecto de la búsqueda de inteligencias extraterrestres: por un lado, el de la sociedad de masas, mediante el creciente número de denuncias de supuestos encuentros con ovnis y, por el otro, el de la comunidad científica, generando proyectos de exploración espacial del tipo SETI ("Search for Extra-Terrestrial Intelligence"). Preocupado asimismo por el problema de las sectas, escribió De la Secularización al Neopaganismo, incluído en el libro Las Sectas en América Latina, (Ed. Claretiana, Buenos Aires, 1986).

Pero conversar con Pablo Capanna constituye una oportunidad única para iluminar el tema de las deformaciones culturales que también, y sobre todo, arrastra la literatura de ciencia ficción. Asunto que, sin embargo, no le quita autoridad para hacer alguna salvedad: como apasionado seguidor de este género --que dio lugar a que se hagan carne irracionalidades más o menos patológicas-- él se apresura en aclarar que la cf "también ha aportado muchas perspectivas y alternativas distintas; en especial, reflexiones críticas sobre una serie de problemas actuales que los cultores de otro tipo de literatura tardaron un poco en descubrir".
Por obra y gracia de la triple alianza conformada por el pensamiento mágico, los medios masivos y el afán de lucro que gobierna toda sociedad capitalista, es natural que las falacias contenidas en alguno de los subproductos que prohijó esta literatura, han terminado a veces por eclipsar la realidad, llegando incluso a afectar la salud mental de personas que, a lo mejor, sólo pretendían calmar apetitos intelectuales o, apenas, evadirse de los sedimentos grises que se posan sobre el hombre cuando no puede menos que hacer de su semana un balance angustiante.
Capanna dice que son varias las pseudociencias que no pasan de ser desprendimientos residuales de cuentos o novelas de la cf universal, desde derivados más o menos grotescos de autores bastardos hasta creaciones maquiavélicas elucubradas por escritores que llegaron a la locura en su intento por hacer reales aquellos monstruos que nunca debieron escaparse de sus textos de ficción. Ejemplos de tales arrebatos de la sinrazón habría sido la obra del escritor Charles Fort (conocido por El Libro de los condenados), quien buscaba confirmaciones empíricas de las fantasías de la cf en las noticias publicadas por la prensa y las publicaciones científicas de la época, fraudes de antología como las crónicas de Richard Shaver para Amazing Stories (el principal fanzine norteamericano de la década del ’30), creador de uno de los mitos cardinales para la comprensión del surgimiento del folklore que rodea a la historia de los ovnis, la "dianética" cultivada por la peligrosa "iglesia de la Cientología" (o "Cienciología"), que inventó el ex-escritor de ciencia ficción Lafayette Ronald Hubbard... y sigue la lista.

Pero como la actualidad impone una temática más candente, con Capanna decidimos dejar de lado aquellos fenómenos para una próxima oportunidad y abordar el análisis de los ciclos históricos del pensamiento mágico, las relaciones que existirían entre el esplendor de la pseudociencia y la actitud revisionista que ha caracterizado al movimiento posmoderno, el bombardeo desinformativo de los medios de difusión y los motivos por los cuales cientos de jóvenes terminan tragados por sectas (algunas de los cuales con sugestivas implicancias "alienígenas") y, por último, una resumida explicación de su última obra, Idios Kosmos, donde trata la problemática del escritor norteamericano Philip K. Dick, que al final de su vida incurre en una crisis mesiánica muy propia del siglo XX.

A pesar de que publicaciones como El Péndulo han cesado y cada vez se reducen más las oportunidades de conseguir editores que consideren a sus ensayos "publicables", las investigaciones literarias del profesor Pablo Capanna no se detienen. Aún hoy, leyendo clásicos de la cf, debe enfrentarse con campos que se superponen con el estudio de la pseudociencia. Por lo mismo, El Ojo Escéptico regresará sobre él en un futuro cercano.

Las oleadas de lo irracional

EOE: ¿Este es un momento histórico particular para que germinen con cierta facilidad las actividades pseudocientíficas?

Capanna: Los ciclos de irracionalidad reconocen una larga tradición. Cada tanto, en occidente, se registran picos de esoterismo y es innegable que ahora estamos metidos de cabeza en uno de ellos. El antecedente inmediato tuvo lugar al término de las guerras napoleónicas. Algunos historiadores de la ciencia dicen que fue como consecuencia de una gran sensación de fracaso. El derrumbe de todo ese proyecto obligó a que muchos se refugiaran en lo irracional, justamente porque ya no creían en los ideales racionalistas de la Revolución Francesa...

Entre el Renacimiento y la Reforma hubo dos siglos de magia. Si uno investiga un poquito, se impresiona cuando se entera de que Newton creía en Hermes Trimegisto y que escribió dos millones y medio de palabras sobre alquimia... Hace poco, durante una conversación que tuve con un grupo de ingenieros que le rinden culto a Newton, les explicaba ésto con una adivinanza. Les dí dos frases: una que proviene de un autor medieval y otra de Newton. Una de ellas habla de las "palomas de Saturno" y del "oro filosofal" y la otra sostiene que para acceder al estudio de la física hay que saber matemáticas... No podían creer que la segunda --que parece moderna y que en seguida uno tiende a atribuir a Newton-- es la medieval...

Evidentemente, no estamos ante un fenómeno nuevo. El auge de la brujería, por ejemplo, coincide con el Renacimiento. Es decir, no es medieval y culmina con la revolución científica. Más o menos en 1650 terminan los procesos de brujería, tiempo en que Newton acaba de concretar su obra. No es que existiera una relación de causa y efecto, sino que, sencillamente, hubo un hartazgo de todo aquello y entonces la sociedad de la época recibió el nuevo modelo científico como la explicación que estaba esperando. A lo mejor, la física de Newton, cien años antes, no hubiera prosperado.

Pseudociencia & Posmodernidad

EOE: ¿Y por dónde puede buscarse el origen del actual rebrote esotérico?

Capanna: A mi juicio, lo esotérico está apareciendo con todo el asunto de la posmodernidad, tema sobre el cual aquí se guitarrea mucho y no siempre con propiedad. Así es como comienzan a emerger todas las cuestiones no resueltas, todos los problemas pendientes... El otro día una amiga argentina que vive en los Estados Unidos me decía que estaba un poco impresionada porque notaba que en nuestro país se entiende por posmodernidad a una vanguardia --como lo fueron el cubismo o el surrealismo-- y que ser posmoderno consiste en atarse al cuello una bufanda larga y untarse el pelo con gel. Y eso no tiene nada que ver con la posmodernidad. En realidad, se trata de un tema sobre el cual en el Norte se discute mucho y que no es más que una especie de análisis sobre lo que pasó desde la posguerra hasta hoy. Nace en la arquitectura cuando se comienzan a dejar de lado esos proyectos universales de construir el mismo edificio en el polo, el desierto o la pampa, para moverse más hacia un regionalismo.

El cambio cultural que se verifica en este momento sería algo así como abandonar los proyectos de los últimos 40 años... ¡pero ni siquiera para detenerse a pensar en otro proyecto! Pareciera que para tomar alguna actitud así, antes había que intentar un balance. Y en ese balance volvería a aparecer todo lo que estaba reprimido. Entonces da la impresión de que nada se pierde: en algún momento todo se elabora, se discute... y aquellas cosas que ahora nos intrigan, en realidad estaban ahí, latentes, y cuando la oportunidad llega, aparecen. De algún lado, brotan. Siempre...

EOE: ¿Entonces este "revival" del esoterismo sería una especie de reflujo que se engancha con la misma revisión del pasado que intentan los autodenominados"posmodernistas"?

Capanna: Es que... para lo esotérico no cabe una sola explicación. Un amigo que vive en España entiende que esto se debe al bienestar: en Europa la gente tiene un buen nivel de vida, tiempo libre y entonces busca el sentido de su existencia a través del tarot, la astrología, etc. Pero en la Argentina también tenemos mucho de lo mismo pero... ¿bienestar? Y es así como la explicación se busca a través de la angustia, la inseguridad, etc. Es decir: cualquier motivo es bueno.

Pero de hecho, la crisis de la modernidad trae aparejada una crisis de la racionalidad. También es cierto que antes las cosas eran mucho más claras que ahora: el progreso iba para un solo lado. Cuanto más ilustrada estaba la gente, menos iba a creer en supercherías. Sin embargo, se da la paradoja de que en países con el mejor sistema educativo la gente tiene, en cambio, un nivel de conocimientos científicos ínfimo, como lo denunció recientemente Carl Sagan. Nadie me va a decir que si el 60% de los ciudadanos norteamericanos cree que el sol gira alrededor de la Tierra, ése no sea un dato alarmante...

El "sin sentido" de los medios masivos

EOE: A veces se establece una falsa relación entre el alcance colosal de los medios masivos de difusión y nivel educativo. A la tele no se la usa para educar y finalmente sólo consigue atraer a su audiencia con dibujos animados o alguna telenovela mediocre. Por otro lado, también es un gran vehículo de toda la estupidez que anda dando vueltas por ahí...

Capanna: Y además, son los únicos medios que "educan". Como instituciones educativas, tanto la escuela como la universidad han dejado de ser relevantes. Los medios gráficos tampoco inciden demasiado, porque la gente ya casi no lee diarios, ni revistas, ni libros. Prácticamente, todo el poder educacional está en manos de la TV. Al mismo tiempo, la información aparece bajo la forma de un bombardeo; datos, más datos y sólo datos, totalmente inconexos. Ese estudio yo lo hago con mi madre, que tiene 81 años y vive de lo que dice la tele. Ella ve el noticiero y me cuenta datos. "Hubo un accidente automovilístico en Bélgica, se quemó un edificio en Londres", etcétera... ¿ Y qué conclusión se puede extraer de allí?

Es de imaginar que un chico de la primaria debe tener la misma base. Ahí está la paradoja: aunque asistan a los mejores colegios, usen medios audiovisuales y tengan abierto el acceso a las bibliotecas, en el fondo tienen una sobreabundancia de datos y nada con qué trabajarlos. Así es como después se desesperan y buscan una solución global. "Necesito alguien que me explique cómo funciona el mundo" --dicen. Y no tarda en aparecer el gurú que les dará todas las respuestas. "Mire, esto es muy fácil" --dirá el líder de turno. "Hágame caso que yo tengo la explicación que usted andaba necesitando".

Curiosamente, la disciplina de todas las sectas es muy dura, diríamos que espartana. Los chicos que entran suelen ser de familias de clase media, que gozan de entera libertad y mucha independencia. Cuando son captados por uno de estos grupos los hacen trabajar de sol a sol, no los dejan dormir, como si dieran un paso al otro extremo. En apariencia es como si estuvieran extrañando todo eso. La lógica sería que tomen desocupados, que les dieran un empleo y puedan sentirse reconocidos ahí adentro. Pero no: reclutan gente que a veces está muy bien, como si se produjera una especie de masoquismo interno...

EOE: Puede pasar que algunos de estos pibes salgan de un hogar confortable, pero no puede negarse que la secta, en realidad, aparece para cubrir necesidades afectivas y psicológicas. Allí son muchos los que descubren que había atenciones no satisfechas por la familia...

Capanna: ...o bien, que la superabundancia de información de la que hablábamos antes encubre una falta de sentido. Es que en las sociedades avanzadas son muchas las cuestiones que permanecen ocultas. Los temas de la muerte y la vejez, por ejemplo. La gente, en verdad, no se muere. A cierta edad, desaparece del mapa y se va a una gran colonia de ancianos... Cuando alguien se muere el hecho se oculta, como si fuera algo desagradable que rompe la armonía y el "equilibrio universal". Es obvio que la gente se interrogue sobre eso... pero es el gurú y sus promesas aquello que brinda la respuesta. El hombre renuncia a toda esa información racional que le han dado hasta el momento y se entrega. El totalitarismo, en otro momento, también funcionó así. Aparecía el líder con su doctrina y había que seguirlo. "Síganme, no los voy a defraudar"--decían... (risas)

El enganche mesiánico

EOE: Como usted sabe, el culto de los extraterrestres está a la orden del día. Pero ahora emerge una variante nueva, que se aprovecha de algunos estereotipos del mito de los ovnis para atraer a sus candidatos y que transmite un mensaje que pretende hacerle frente a las religiones dominantes, demonizando al dios de los católicos y presentando al mundo como el reino absoluto del mal. ¿De dónde le parece que se inspiran las ideas de estas sectas?

Capanna: No tengo más que referencias superficiales, pero sé que es la readaptación de un mensaje bastante antiguo de algo que ha dado en llamarse la "gnósis pesimista" y se remonta al siglo II... Para estos profetas modernos, el mundo está dominado por una potencia malvada. Sin embargo, hay algunos intermediarios que van a rescatar al hombre de la catástrofe. En el fondo, cambiando extraterrestres por "arcontes", el mensaje es el mismo: en la época de la Agnósis se hablaba de seres superiores que bajaban cada tanto a la Tierra, se encarnaban y fracasaban; aunque, de algún modo, esos espíritus despertaban en el hombre la parte espiritual. Una de sus variantes, la de los "gnósticos licenciosos" (que en algunos casos llegaron hasta el canibalismo y se parecen muchísimo a la secta "Los niños de dios"), insisten en el sexo como vía de trascendencia. Pero habrá otros que insistirán en que la salvación pasa por la disciplina, otros en la recitación de un mantra, etc. Una de las peores fallas en el discurso de las sectas consiste en creer que la clave de la vida puede descubrirse a través de un solo elemento. Probablemente, la idea de los extraterrestres salvadores procede de una idea gnóstica. A lo mejor estoy exagerando un poco porque el tema me tiene algo obsesionado, especialmente a raíz de los estudios que necesité hacer para escribir mi ensayo Idios Kosmos, sobre la obra de Philip Dick, (famoso autor de Tiempo de Marte, Ubik, VALIS, etc.).

La profecía fatal de un "visionario"

EOE: ¿Qué tiene que ver la obra de Dick con el concepto de los "extraterrestres salvadores"?

Capanna: Primero: Dick era un esquizofrénico bastante agudo y estaba sobrecargado de drogas, que lo predisponían a las alucinaciones. Segundo: que, prácticamente, desarrolló una gnósis pesimista por su cuenta. Cuando leyó a los gnósticos, se convenció y empezó a recibir mensajes del más allá... revelaciones, cosas así. Dick es cuchaba voces. En general, todos los esquizofrénicos lo hacen. Y el que le hablaba al escritor norteamericano era un Salvador que iba a llegar desde el espacio. Este proceso comenzó a suceder en su última etapa. En las novelas más recientes, ya se ve que hay una mezcla de cf y esoterismo. Especialmente en una que se llama VALIS (Vasto Sistema de Inteligencia Viva Extraterrestre, podría ser la sigla), una especie de deidad cósmica que se comunica con él. Dick se descubre como la reencarnación de uno de los primeros cristianos que fue martirizado, realiza toda una interpretación en clave gnóstica de Cristo y hace lo que los posmodernistas llamarían un "pastiche", que terminó por  convertirse en una mezcla verdaderamente muy peculiar de temas científicos, mitológicos y de sus propias alucinaciones...

EOE: Con la diferencia de que era literatura...

Capanna: No, no. Para ese momento ya estaba loco y pretendía transmitir un mensaje. En las últimas entrevistas con una persona que lo acompañó durante dos años, un aficionado que lo iba a ver a la casa y grababa todas las conversaciones, incluyendo las que mantuvo con él una noche antes de su muerte, llegó a decirle cosas totalmente delirantes... "¡Déjen de contaminar al mundo, que voy a tener que intervenir yo mismo y le voy a decir a Reagan que se deje de embromar!" --se enojaba Dick.
A todo ésto, él ya había pasado por una fila indecible de mesías. Cada mes cambiaban de nombre, de aspecto y de profecía. Al cabo de un tiempo oye por la radio a un tal Benjamin Creme, un ilustrador inglés que también decía recibir mensajes de los extraterrestres y pronosticaba el fin del mundo. Dick queda muy sorprendido porque, por la misma época, él mismo "recibía" algo muy parecido. Entonces deduce que ambos están conectados con la misma fuente. El Salvador se llamaba Maitreya, un nombre que proviene del budismo tradicional. Se trataba de un personaje que había nacido en la India, y su rostro aparecería públicamente en las pantallas televisión de todo el mundo el 14 de mayo de 1982. La gente, decía, lo iba a reconocer de inmediato. Pero he aquí que, una vez anunciada la profecía, Dick ya no se pudo echar atrás: se había jugado su última carta. Sin embargo, pronto intuye la posibilidad de que su apuesta pudiera ser errónea y que el Salvador, quizás, no apareciera.
Pocos días antes de la fecha anunciada... Dick abandona la vida. Yo creo que se había jugado tanto por esa fecha, había puesto un compromiso tan grande en ella, que cuando rubrica por primera vez con una fecha sus vaticinios, no le queda ya otra salida que... morirse.

EOE: Si estos "agoreros del espacio" conocieran la involuntaria lección de dignidad que, a pesar de su locura, les dio Dick, debería caérseles la cara de verguenza cada vez que sueltan alegremente sus presagios... y que, sin embargo, cuando fallan, no conocen actitud más honorable que hacerse los distraídos...

Fotografía: A. Agostinelli (1991)
 
ABSTRACT:
FROM THE CREST OF THE ESOTERIC WAVE
Philosopher Pablo Capanna, Science Fiction expert, makes an analysis of magic thinking in historic cicles, the relations between fringe science and the revisionistic attitude that characterizes the postmodern movement, the mass media information bombardment and the reasons for so many youth being swallowed by some sectarian group. On the conclusion he briefly introduces his last  book Idios Kosmos on writer Phillip K. Dick. Ed.-
 
Nº 1 Pags 3-4