REBROTE DEL PENSAMIENTO MAGICO EN MEDICINA Dr. Henri Broch
Especial para El Ojo Escéptico
Traducido del francés por Rudyard Magaldi
¿Quién es Henri Broch?
Doctorado en Física por la Universidad de Niza, profesor e investigador en ciencias biofísicas, hace más de veinte años que el Dr. Henri Broch dedica buena parte de su tiempo a estudiar y escribir sobre nuestra temática, hasta llegar a convertirse en el investigador escéptico más conocido en Francia. Es autor de Le Paranormal (Ed. Seuil, 1985, París), una obra de consulta excelente que está entre las más recomendables para la biblioteca de quienes quieran aproximarse desde un enfoque escéptico al tema de las supuestas manifestaciones que entran en el campo de lo "psi". La versión en castellano --editada por Grijalbo-- tiene por título Los Fenómenos Paranormales, y esperamos que pronto forme parte del Fondo Editorial que prepara el CAIRP. Los medios de difusión europeos convirtieron a Henri Broch en un personaje notorio cuando consiguió reproducir en laboratorio el "milagro" de Nápoles de la licuefacción de la sangre de San Genaro. Ha organizado un sistema de información por computadora --conocido por su nombre en clave, ZET-- que ofrece más de 3.500 pantallas para orientar al público en la búsqueda de la verdad en el campo de los fenómenos paranormales. Concebido y desarrollado a pedido de la Universidad de Niza-Sofía Antipolis, el ZET es un servicio de carácter oficial al que puede acceder cualquier ciudadano para enterarse, por ejemplo, de que el signo astral del horóscopo que ha consultado toda su vida en los diarios está equivocado... El doctor Henri Broch --socio del CSICOP y Miembro de Honor del CAIRP-- ha redactado este artículo especialmente para el primer número de El Ojo Escéptico, presencia que nos enorgullece y que deseamos vivamente se repita en futuras ediciones. En este artículo el Dr. Henri Broch sostiene que si bien es cierto que a las falsas ciencias no se les puede atribuir ningún progreso, ésto no quita que los investigadores escépticos se aprovechen de su sin razón al servicio del progreso de la ciencia. Concluye que las "medicinas mágicas" tales como la Acupuntura, la Auriculoterapia, la Homeopatía o la Iriología no serían más que nombres: charlatanismo es su apellido. A finales del siglo XX, la herramienta de conocimiento que constituye el método científico debe ser defendida, ya que son tiempos en que el oscurantismo experimenta una difusión sin precedentes. Existe el peligro de que la ciencia resulte infiltrada por maneras de pensamiento no racionales y sea contaminada tanto más fuertemente, debido a que la técnica toma una amplitud cada vez mayor. La ciencia moderna, por su complejidad, parece haberse vuelto casi incomprensible; sus resultados, tal como hoy se los presenta, son tan creíbles o tan ininteligibles como los efectos de la magia... ¡ y ése es el peligro! Lo que agrava aún más el problema es que, actualmente, estamos en una fase de modificación del proceso de adquisición de conocimientos y que la expansión de la información está esencialmente caracterizada por una sustitución del par "símbolo escrito - análisis fundamentado" por el par "imagen visual - sensación inmediata". En esta fase, una difusión creciente en forma incesante de aquello que se ha dado en llamar lo "paranormal", plantea un problema en torno del cual puede que no hayan sido plenamente medidas todas sus implicancias. En particular, son los sostenedores de lo paranormal quienes contribuyen a una mistificación del conocimiento que tiene por resultado una concepción del mundo en el cual numerosos fenómenos escapan irremediablemente a la comprensión --y por lo tanto al control-- de la mayoría de los individuos. Esta deformación de las características del pensamiento induce, entre otras cosas, a una estratificación del mundo, conducente a la des-responsabilización del individuo. Los cultos de lo irracional, y de todo lo que cubre la etiqueta paranormal, fascinan. Para muchos de nuestros ciudadanos existe por una parte el mundo de todos los días y, por la otra, la necesidad (¡ y de ahí la existencia!) de otro universo. Todas estas "fugas" hacia otro universo poseen una característica común subyacente: el pensamiento mágico prevalece con mucha fuerza sobre el pensamiento racional. Por oposición a este último, el pensamiento mágico no teme demasiado ni a la oscuridad ni a las contradicciones. Al contrario, la dificultad de comprensión y la ambigüedad de los significados son recibidos como muestras fundamentales de la profundidad y autenticidad de un conocimiento. La inhibición del sentido crítico es total, razón por la cual es más que necesaria una profilaxis de las pseudociencias, la que debería constituir un imperativo de todo sistema educativo o social. La actitud escéptica como terapia El examen de los dominios tocados por la onda de lo paranormal que yo he tenido la ocasión de hacer (ver ref.: 1), me hizo dar cuenta de que los pretendidos grandes misterios paranormales no son más que elementos fácticos de un decorado que resiste mal a una investigación crítica, y que la mejor terapia contra esta deformación dañina de los modos de pensamiento son el desarrollo y la utilización de una reflexión crítica, de una actitud escéptica. Aunque haya una diferencia enorme entre un uso cuidadoso de los métodos de búsqueda y una tendencia a generalizaciones apresuradas basadas en evidencias vividas, de todas maneras, es necesario cuidarse del cientificismo, que sería tan dogmático como el subjetivismo cuyas consecuencias también podemos deplorar. Los límites (no cristalizados) de la ciencia deben ser aceptados en tanto tales; la gestión científica no tiene lugar en todos los campos, y esto es algo que debe ser recordado. La gestión científica no tiene sentido más que en un contexto limitado (lo que no quiere decir pequeño) y la racionalidad científica no usurpa para nada la libertad de pensar y de soñar. La imaginación vagabunda es una de las componentes fundamentales del ser humano, pero es necesario no confundir poesía con hipótesis de trabajo. ¡El derecho a soñar tiene que ser acompañado por el deber de vigilancia! El problema de una utilización restringida de las reglas de vigilancia tiene, más bien, un conocimiento libresco de estos imperativos, en parte debido al hecho de que existe una necesidad no colmada, una necesidad de medios prácticos para la investigación crítica. Es en este cuadro que se sitúan las diversas intervenciones en que yo he participado. En efecto, es aquí donde, paradójicamente, puede situarse un real interés de los fenómenos paranormales para focalizar la atención sobre ciertos puntos de la metodología científica. De ahí surge una paradoja aparente: las falsas ciencias tienen un poder de performance nulo, o sea que no se les puede atribuir ningún progreso, y por lo tanto, hacer que, por ejemplo, de su sin-razón, las falsas ciencias conduzcan... al progreso de la razón. Este razonamiento es una frágil conquista que debe ser defendida si no deseamos que se la lleve el torbellino de la sin-razón. En efecto, se asiste, en la hora actual, a la utilización corriente de argumentos emotivos y no racionales en el "discurso", donde la persona implicada emocionalmente ya no pondera más el pro y el contra. El hábito de error que se introduce así es muy peligroso. Ablandar el espíritu crítico, el sentido de lo real, afirmar una concepción mágica del mundo, puede traer trágicas consecuencias. Parafraseando al biólogo Jean Rostand, se puede decir: Lo que es grave no es que tanta gente crea en lo paranormal, sino que ellos juzguen cosas serias con cerebros que creen en lo paranormal. En el marco de la profilaxis necesaria de las pseudociencias, desde noviembre de 1986, la Universidad de Niza-Sofía Antipolis ha abierto un servicio internacional Minitel* que proporciona una información rigurosa sobre el conjunto de fenómenos paranormales u ocultistas. Este servicio Minitel (ver ref.: 2) ofrece a toda persona interesada, un conjunto de informes precisos sobre la Arqueología Fantástica y todos sus "misterios", la Astrología, la Parapsicología, sus "mediums" y sus "investigadores", lo Sobrenatural, los Platos Voladores, las Medicinas Mágicas y, naturalmente, lo que dice el pensamiento escéptico de todo ello... Un sistema de mensajes completa este conjunto y permite debatir, criticar y plantear todas las preguntas deseadas y, por supuesto, obtener las respuestas. Es necesario señalar que, por este sistema Minitel 36.15 ZET, ha sido lanzado en 1986 un llamado a todos los sujetos-psi o mediums que reivindican un poder paranormal para que sean investigados. Este desafío --que los medios de comunicación han llamado "el desafío Broch-Majax-Theodor" (Majax es un ilusionista francés y Theodor un investigador belga)-- viene con premio: 500.000 francos franceses. Al día de hoy, más de 80 mediums han intentado alzarse con él... pero el cheque sigue ahí y el premio, desierto. Las medicinas mágicas El público se ha asombrado de encontrar diversas "medicinas" clasificadas en el dominio de lo paranormal; más aún, por el hecho de que el sumario del servicio del Minitel escéptico contiene, junto con "biorritmos" y "cirugías a manos desnudas", la "acupuntura" y la "homeopatía". Pero este hecho tiene su razón de ser. Así, uno de los grandes principios de la homeopatía es la individualización del enfermo. La homeopatía no distingue enfermedades sino tipos humanos, y pretende de este modo establecer una relación entre estos tipos y algunos de sus "remedios". Esta relación le permite designar a un individuo por el remedio tipo que le corresponde: Ud. puede ser Nuez Vómica, Fósforo u otro gracioso epíteto... El paralelismo del razonamiento es más que flagrante con "Ud. es Piscis, Escorpio..." Aún pueden hacerse otras aproximaciones. A medida que se ha desarrollado la metodología de los test, los resultados de los productos homeopáticos fueron cada vez menos demostrativos, lo que hace pensar fuertemente en la evolución de las reivindicaciones de los poderes psicoquinéticos, cuya intensidad, curiosamente, disminuye proporcionalmente al crecimiento, a lo largo de los siglos, de los medios de control. Más aún, ciertas revistas de homeopatía se han rehusado a publicar resultados negativos, pues sólo eran "dignos de ser publicados" experimentos que hacían aparecer, a la dilución indicada, las manifestaciones que estaban claramente en favor del remedio testeado. Esto es directamente comparable con la actitud de J. B. Rhine, el "padre de la parapsicología científica", quien se también se rehusaba a publicar los resultados negativos en todo lo que a poderes "psi" concierne. Existe entonces un parentesco muy estrecho entre la creencia en la homeopatía y la creencia en los fenómenos "paranormales", entre los comportamientos de las personas y de los "investigadores" implicados en uno y otro de los dos "dominios". Recurrir sin fundamento a todas las teorías científicas recientes y a sus excesos para intentar dar una base a esas ilusiones, no hace más que confirmar ese parentesco. ¡"Homeopatía"-"Percepción Extrasensorial": la misma metodología intelectual! Esta conclusión se impone: es necesario ir hasta el fin del razonamiento y extraer, después de reflexionar, las consecuencias y las acciones a emprender tanto desde el punto de vista de la medicina como desde el punto de vista cultural y social. El progreso precisa coraje intelectual Toda persona tiene el derecho a ir a ver a un curandero si lo desea. Pero como sucede con todo derecho a la elección, ésta última no toma su pleno valor sino cuando existe una información correcta. Es por eso que resulta esencial que el charlatanismo sea dejado a los charlatanes y que los pacientes desinformados reciban, en definitiva, una información rigurosa para poder, recién entonces, elegir con completo conocimiento de causa. Esta información debería incitar al cuestionamiento, al debate y a la reflexión sobre el dominio tan particular que es el arte médico, de la relación de cada persona con su propio cuerpo, del papel de lo imaginario en la medicina y en la curación... Esta forma de actuar, que reconoce de entrada e insiste sobre el hecho de que conocemos pocas cosas sobre el funcionamiento del cuerpo humano y sobre sus variadas interacciones con el entorno, no debe sin embargo incitarnos a aceptar todo, y aceptar en particular "medicinas" que, a pesar de que ellas se hayan "impuesto", no traducen menos que un desarrollo mágico difícilmente compatible con el respeto al paciente en cuanto individuo pensante. Hace poco, Mme. Georgina Dufoix, entonces a cargo del Ministerio de Asuntos Sociales del gobierno francés, se ha ilustrado brillantemente para el lanzamiento de una experimento relacionado con las "medicinas alternativas", en el cual no fue respetada en absoluto la simple objetividad científica. Ese ministro había anunciado la creación de una "red de salud" que centralizaba los testimonios de antiguos enfermos que afirmaban haber sido salvados por alguna "medicina alternativa". El principio era sin duda utilizar los numerosos testimonios que no dejarían de fluir como argumento para el reconocimiento oficial de esas "medicinas". Y, sin embargo, el razonamiento era defectuoso por una razón evidente. Supongamos por un instante que estas "medicinas" no tuviesen ningún valor terapéutico real (simple suposición escolar, ciertamente). Planteada la hipótesis, los enfermos curados por esas terapias se pueden agrupar esquemáticamente en (para simplificar) tres categorías: -- aquellos curados por las defensas naturales de su organismo, -- aquellos cuyo estado no mejora o empeora lentamente, -- aquellos que murieron. Según su criterio, ¿quiénes vendrían a dar su testimonio? Cuestión secundaria: ¿cuál sería la conclusión, "apoyada" por testimonios, que esta ilustre "red de salud" extraería? En términos claros, y sin voluntad de generalizar de una manera exagerada, yo creo que se puede decir que Acupuntura, Auriculoterapia, Homeopatía, Iriología y otras magníficas "medicinas" no son más que nombres: charlatanismo es su apellido. Razón por la cual ya es hora de aclarar los datos reales sobre los que reposan estas medicinas mágicas. "La ciencia médica no puede existir ni progresar sino es con la supervivencia del método científico. La superviviencia de ese espíritu depende del progreso de la civilización. Este, a su vez, a la luz de la historia, es un proceso muy incierto, tan apto a involuciones como a progresos..." "La medicina y la civilización avanzan y progresan en conjunto. Las condiciones escenciales del progreso son el coraje intelectual y un amor verdadero por la humanidad. Es también verdad, tanto ahora como antes, que los progresos ulteriores, hasta la simple preservación de lo que ya ha sido adquirido, depende de la medida en que el coraje intelectual y el humanismo prevalezcan por sobre la santurronería y el oscurantismo" (3). Si ésta formulación ha tomado, por la evolución del lenguaje, algunas derivaciones, su esencia resume admirablemente bien la apuesta sobre la cual este artículo desearía llamar la atención. Yo creo que es en efecto importante recordar que en 1990 se puede, en Francia, en la Argentina, o en otras partes, morir de credulidad. Por eso se hace necesario, sin pausa, insisitir: En numerosos campos, es fundamental poner los instintos y las emociones bajo protección de la razón. Y en el campo de la medicina eso es... ¡vital! Referencias: 1) BROCH, H. (1985), Le Paranormal. Ses Documents, ses Hommes, ses Méthodes. Colección "Science Ouverte", Le Seuil, Paris. En español: Los Fenómenos Paranormales - Una reflexión Crítica, Editorial Crítica (Grijalbo). Serie: Estudios y Ensayos, Barcelona, 1987. 2) Servicio Minitel: Les Dossiers Scientifiques du Paranormal et de l’ Occulte ("Los Informes Científicos de lo Paranormal y lo Oculto".) Desde Francia es accesible discando el 36.15 y el código ZET, y desde países extranjeros por el canal de Minitelnet. 3) HAGGARD, H.W. (1961), "Démons, Drogues et Docteurs", Plon, Paris. (*) N. del T.: Minitel es un sistema de comunicación e información ampliamente difundido en Francia, que son terminales de computación conectadas al teléfono. ABSTRACT REVIVAL OF MAGIC THINKING IN MEDICINE Doctor Henri Broch states that although fringe science may not have a program of its own, skeptical investigators could take advantage of its nonsense on behalf of science program. Ed.-
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