CONTROL MENTAL "La falaz promesa de una supersitición tecnificada" por Alejandro J. Borgo El Control Mental (CM) es uno de los más grandes éxitos de la charlatanería pseudocientífica. Este engendro fue hábilmente armado por el "iluminado" José Silva, oriundo de Texas, EE.UU., y ha sido presentado al gran público en el libro "El Método Silva de Control Mental", que éste escribió junto a Philip Miele. En la portada abre el juego con esta maravillosa frase: "El revolucionario programa que ha transformado la vida de más de un millón de personas". Con perdón de José Silva y sus acólitos, esta técnica no es revolucionaria tiene poco de original y lo que tiene de original es ineficaz y aún peligroso. No se sabe si habrá cambiado la vida de un millón de personas, pero --debido a su colosal éxito en ventas-- ha cambiado,con seguridad, la vida de alguien: la de José Silva. inales de los años sesenta, florecimiento de la cultura "pop" o psicodélica, resurgimiento de la filosofía oriental en Occidente, desencanto por las religiones tradicionales y por los "fríos" tratamientos de la medicina y psiquiatría ortodoxas, se habla de la Era de Acuario y de las decisivas pruebas de la existencia de la percepción extrasensorial, la parapsicología es aceptada en la Asociación Americana para el Progreso de la Ciencia... El caldo se va preparando, hace falta fundir el misticismo oriental con la tecnología occidental, y se lleva a cabo: nace el Método de CM. Con los informes provenientes de la India y del Japón, que hablaban de los grandes logros de los meditadores y yoguis, quienes, entrados en "trance", mostraban un asombroso control de variables fisiológicas tales como la frecuencia del pulso cardíaco, la presión arterial, los procesos digestivos, etc., se comenzaron a realizar investigaciones acerca de la posibilidad de "aprender" --mediante un adecuado entrenamiento-- a controlar funciones autónomas, es decir, aquellas que no dependen de la voluntad. Ejemplo: si la frecuencia cardíaca normal oscila entre las 70 y 90 pulsaciones por minuto (p.m.), ¿cómo podría hacer una persona para aumentarla o disminuirla? Si se dispone de un simple aparato que emita un "bip" por cada pulsación e indique en un display la frecuencia media de pulsaciones, el sujeto recibe información directa acerca de éstas: ahora 70, ahora 75, ahora 68, etc. Supongamos que se encuentra con una frecuencia de 70 p.m. y, de golpe, aumenta a 85 p.m. Podríamos preguntarle en qué pensó, si cambió bruscamente su posición, si aumentó deliberadamente o no su frecuencia respiratoria. Si la persona es capaz de darse cuenta de lo que hizo o pensó en ese momento, puede comenzar a relacionar una situación dada con el aumento de su frecuencia cardíaca. La persona está recibiendo datos inmediatos sobre cómo varía el pulso, de acuerdo a un estado determinado. Está recibiendo lo que se llama "bio-retroalimentación" (en inglés, biofeedback). Mira el display y ve que está con 70 p.m., vuelve a mirarlo y está con 90: ¿qué pasó? Tal vez pensó en algo desagradable, se imaginó una escena erótica, se "puso nervioso", etc. Luego se relaja, se reacomoda en el sillón, comienza a respirar lentamente y ¡oh! la frecuencia ha vuelto a 70 p.m. Podríamos realizar la misma experiencia con un dispositivo que nos brinde datos acerca de otras variables: presión arterial, relajación muscular, o actividad eléctrica cerebral. Justamente, hablando de actividad eléctrica cerebral, podríamos utilizar un electroencefalógrafo y obtener un registro de dicha actividad en la corteza cerebral. Este registro, el electroencefalograma (EEG), nos muestra los diferentes patrones de la actividad del cerebro --cada patrón con un registro característico. ¿Han oído hablar de las famosas ondas alfa? Los registros que tienen entre 8 y 12 ciclos por segundo presentan una conformación característica: a eso le llamamos ondas alfa. Nada misterioso. Pero, no es así, ingenuo lector. Los mensajeros de la Nueva Era no pueden dejar que sea tan sencillo. Tiene que haber "algo más". ¿Cómo nos vamos a privar del toque mágico? ¿Cómo vamos a abandonar el intento de cuadrar el círculo? Aquí conviene unir los informes sobre los meditadores orientales y la investigación EEG de las ondas alfa. Se observó que los yoguis --en plena meditación-- producían gran cantidad de ondas alfa. Y aquí viene uno de los más flagrantes malentendidos de los predicadores del CM: si los yoguis que se encuentran en pleno trance --léase concentración, calma, bienestar, paz, éxtasis-- producen gran cantidad de actividad alfa, ¡¡¡ podemos hacer que la gente produzca ondas alfa para obtener bienestar, paz, gozo, éxtasis, relax, estados trascendentes, etc.!!! Esto equivale a decir: "Puesto que el tiempo avanza y las agujas del reloj nos marcan este avance, retrasando las agujas del reloj ¡podemos retroceder en el tiempo! Esto podría figurar en la "Antología de las Falacias Más Falaces de Todos los Tiempos" (libro aún por editarse), ocupando un primer puesto indiscutido. Equiparando "producción de ondas alfa" con "bienestar" "paz", "gozo", "éxtasis", "relax", y "estados trascendentes", se comenzó a hablar de "estado alfa", "entrar en alfa", "llegar al nivel alfa", y otras sandeces por el estilo. Así, el libro de Silva está repleto de menciones del supuesto "estado alfa", del "nivel alfa", repitiendo incesantemente las presuntas bondades de la meditación a este nivel. Nos dice que la meditación libera los poderes curativos del cuerpo y le devuelve a éste la energía que malgastó en tensiones. ¿Qué poderes? ¿Cómo devuelve qué energía la "meditación alfa"? En esto se mantiene un silencio absoluto. El procedimiento para "entrar en alfa" es sencillo. --Cerrar los ojos. --Dirigir la vista hacia arriba en ángulo de 20 grados durante 15 minutos. Se nos afirma tajantemente que esto basta para inducir al cerebro a producir "nivel alfa". --Hacer una cuenta regresiva de 100 a 1, con un intervalo de 2 segundos entre número y número contados. Al primer intento, ya estaremos en alfa. --Hacer 7 semanas de práctica para entrar en un "nivel más profundo" de alfa. ¿Qué se quiere decir con "más profundo"? ¿Es que las ondas alfa tienen distintos niveles de profundidad? --Pasar 10 mañanas contando de 100 a 1, luego de 50 a 1, 25 a 1, 10 a 1 y 5 a 1. Luego, mágicamente, en breves segundos, usted entrará en alfa. Para salir de alfa se aconseja contar del 1 al 5. Sigue luego otro procedimiento tedioso para concentrarse en diferentes partes del cuerpo y con cuentas regresivas en períodos de 10 días, etc. Luego el atribulado practicante deberá entrenarse en la "visualización", creando una "pantalla mental", enfrente de uno, a una distancia aproximada de 2 metros. Uno debe proyectar algo sencillo en dicha pantalla, como una naranja o una manzana. Por supuesto, todo esto es mucho más breve si uno asiste a un seminario o curso intensivo de CM, donde están los expertos instructores para orientarnos. Es decir, aparte de los ingresos por los libros, usted también brindará su dinero a los iluminados occidentales personalmente. Aparece en escena la "meditación dinámica" --porque la que hasta aquí tratamos era la pasiva-- en la cual el sujeto toma como "punto de referencia" cada resultado exitoso que obtenga. Se le dice que puede evocar una experiencia anterior ya sea en forma consciente o inconsciente. Y aquí preguntamos: ¿Cómo se puede evocar algo inconscientemente? ¿La evocación no requiere consciencia? ¿No es un acto voluntario? Los autores se despachan a continuación con cuatro leyes (¿leyes?) para lograr lo que usted se propone, las cuales nos deslumbran por su espectacular grado de originalidad: 1ª) Es preciso que tengamos el DESEO de que un acontecimiento tenga lugar. ¡Qué novedad! Si me propongo que algo suceda, debo, como mínimo, desearlo. Si no ¿para qué me lo propongo? 2ª) Es preciso que alentemos la CREENCIA de que el acontecimiento puede tener lugar. ¿Y si se me ocurre CREER que van a llover calefones en Marte? Por más que lo crea... 3ª) Es necesario que poseamos la ESPERANZA de que el acontecimiento tenga lugar. Y también podríamos tener la ESPERANZA de que los autores se expresen más claramente. 4ª) NO PODEMOS PROVOCAR un problema (el subrayado es nuestro). No nos dicen si DEBEMOS HACERLO, sino que PODAMOS CAUSARLO. Esta última es la "ley" más aberrante e ingenua: parece que el "nivel alfa" distingue entre el bien y el mal. Si queremos hacer daño o provocar un hecho perjudicial, el "nivel alfa" se negará tozudamente a concedernos tal posibilidad. Lo que ocurre es que el "nivel alfa" es una invención ilusoria. Lo que verdaderamente está y se registra es la actividad eléctrica de la corteza cerebral, y no hay indicios de que los electrones tengan predilección por alguna moral determinada (aunque en mecánica cuántica... y con este asunto del libre albedrío... a lo mejor ¡hasta los electrones meditan en alfa!). Excepto las "leyes" 2ª y 4ª, las otras dos dependen del sentido común. Si pretendo que pase algo, se supone que lo debo desear y que debo tener la esperanza de que se produzca. Pero ¿puedo desear y esperar CUALQUIER COSA, sin detenerme a pensar si es factible, si está basada en un análisis racional de la realidad? Esta mezcla de extrañezas y obviedades se remata con una sugerencia de ribetes místicos. Se afirma que cuando trabajamos en forma dinámica a "nivel alfa", entramos en contacto con la "Inteligencia Suprema". ¿Qué Inteligencia Suprema? ¿Cómo sabemos que esa "inteligencia" existe? ¿Se referirán a la suprema inteligencia que han tenido para engendrar esta patraña del CM? Si es así, les creo. Si teníamos alguna esperanza de que esto se enfocara científicamente, la aparición de la Inteligencia Suprema hizo desvanecer todo viso de seriedad, a la vez que arroja serias dudas sobre los apéndices del libro, donde aparecen supuestas confirmaciones de la eficacia de la técnica del CM y del "nivel alfa". En esta absurda ensalada se combinan la bio-retroalimentación (con todo su aparataje electrónico), la meditación, la psicología barata y, en última instancia, un ente místico. Se nos dice que el CM sirve para mejorar la memoria, para aprender aceleradamente, para crear sueños deliberadamente en pos de solucionar problemas específicos, para aprender a utilizar "el poder de las palabras", "la limpieza mental", repitiéndonos frases como "cada día, en todo sentido, estoy mejor, mejor y mejor", "los pensamientos negativos y las sugestiones negativas no tienen influencia alguna sobre mí en ningún nivel mental". También se puede utilizar para hacer una dieta, para dejar de fumar, para autocurarse mediante el uso de la "energía curativa", para mejorar las relaciones matrimoniales... Y (aquí viene la revolución cósmica): para desarrollar la percepción extrasensorial por un lado, y ayudar a otros mediante la detección de enfermedades en personas a las cuales uno jamás vio, por el otro. Sobre la memoria, el aprendizaje, las relaciones matrimoniales y otros aspectos, el CM no aporta nada nuevo. La psicología ya ha estudiado bastante estos temas. Sobre la concentración, el relax, y la relajación, no se aporta nada nuevo, pues lo que se aplica es llamativamente similar a las técnicas de entrenamiento autógeno de Schultz, la relajación progresiva de Jacobson, que ya han sido estudiadas (Granone, 1973). Las especulaciones acerca de la utilidad del "sueño creativo" no están basadas en investigaciones científicas, sino en anécdotas del tipo: "a la señora tal le sucedió una vez tal cosa..." El asunto del poder de las palabras ha sido estudiado, y lo es todavía, por la psicología cognitiva. Pero no se trata de ningún poder mágico de las palabras, sino de cómo influye en nuestra conducta el léxico con el que pensamos, cómo decimos las cosas, cómo interpretamos la realidad, las distorsiones cognitivas, etc. ¿Se presenta alguna investigación sobre la eficacia del método CM para dejar de fumar? La actitud científica brilla por su ausencia. No se han mostrado estudios realizados con grupos de control, es decir, con gente que ha dejado de fumar sin practicar CM. Ciertamente, los industriales tabacaleros no se preocupan mucho por la difusión del CM. La cosa se empieza a poner peligrosa cuando aparece la autocuración. En ningún momento se define a qué llaman "energía curativa", pero los autores parecen convencidos de que se puede utilizar. ¿Y si me lo creo y comienzo a utilizar esta supuesta "energía" y abandono un tratamiento que estoy haciendo? Ni qué decir que los profetas del CM toman como absolutamente comprobada a la percepción extrasensorial, ignorando por completo las críticas constantes hechas a la investigación parapsicológica en cuanto a sus métodos experimentales, fraude por parte de los supuestos dotados, por parte de los investigadores, etc. (ver Randi, Gardner, Hyman). Le cambian el nombre y la llaman "Proyección Efectiva Sensorial". Esta PES permite proyectarse mentalmente en objetos, en la materia viviente, animales, hasta llegar al ser humano. Pero "proyectarse" no significa aquí imaginarse que uno está dentro de alguien sino que uno esta ahí de verdad. La PES nos lleva allí, superando las barrera del espacio y de todas las leyes físicas conocidas hasta hoy. Pero dentro del paraíso del CM todo es posible. Hasta detectar enfermedades que no conocemos ni hemos visto nunca. Se pueden hacer diagnósticos y luego comenzar a actuar para que la enfermedad remita. Eso sí, Silva nos advierte que esto debe ser realizado a distancia, porque hacerlo con el "paciente" delante de uno constituiría una violación a la ley. Parece que están bastante bien asesorados legalmente. ¿Se imagina el lector a ese millón de personas a las que se menciona en la tapa del libro, haciendo diagnósticos y tratando mediante la PES a infinidad de desconocidos o conocidos desperdigando la locura por doquier? ¿Y cómo se controla el hecho de que alguien se tiente de utilizarlo para tener sus propios pacientes (ver recuadro)? ¿No es esto una sofisticada práctica de curanderismo? Sí, lo es. Y es peor aún porque dice estar basada en la investigación científica. Pero la investigación científica dice justamente todo lo contrario. LA INVESTIGACION SOBRE LAS ONDAS ALFA La producción de ondas alfa está en estrecha relación con la actividad del área visual de la corteza. El hecho de prestar atención a estímulos visuales bloquea la producción de ondas alfa. Quiere decir que con sólo abrir los ojos podemos interrumpirla (Beyerstein, l985). Lo que ocurre con los yoguis es que ellos se han entrenado para ignorar los estímulos visuales mediante técnicas de focalización de la atención, y de esta manera pueden seguir produciendo ondas alfa con los ojos abiertos. Cualquier persona, con el aprendizaje adecuado, podría lograrlo. Hace 100 años, Richard Caton (Beyerstein, 1985), comprobó que los animales inferiores producían ondas alfa. Señor lector, desde hoy mire distinto a su gatito, pues mientras ronronea y se tiende en el piso distraídamente, está sumido en una profunda meditación a "nivel alfa". Se dice que la relajación, la sensación de calma y bienestar, etc., están vinculadas a la producción de ondas alfa. Sin embargo Beyerstein informa que el mejor productor de ondas alfa que investigó era un niño hiperkinético de 10 años. Difícil de creer que la hiperkinesia se parezca a la relajación, tranquilidad, etc. Por otra parte, se ha observado que personas ansiosas pueden producir ondas alfa. En un experimento llevado a cabo por Orne y Paskewitz (citado en Beyerstein, 1985), la mitad de las personas recibió instrucciones de relajarse, y la otra mitad fue tratada hostilmente, recibió amenazas, etc. Pues bien, ambos grupos tuvieron igual producción de ondas alfa. Beyerstein (1985) también informa que Alcock presentó un caso de "experiencia alfa trascendente" en el que el aparato que brindaba información al sujeto funcionaba mal y no le estaba dando datos sobre su EEG. Sin embargo el sujeto voló hasta los más altos cielos de la experiencia trascendental, y ni jota de ondas alfa. Siguiendo la misma línea, Beyerstein realizó experimentos en los que a algunos sujetos se les daba retroalimentación pero no cuando producían ondas alfa sino cuando las suprimían. Ellos creían que se les daba la retroalimentación cuando "entraban en alfa", y en realidad se les daba cuando "salían". Estos sujetos relataron que habían vivido "experiencias trascendentes", pero precisamente ¡¡¡ las vivieron cuando no producían ondas alfa!!! Beyerstein concluye: --Que el biofeedback o bio-retroalimentación de alfa es un supuesto tratamiento en el que los beneficios son debidos al efecto placebo, es decir, si estoy convencido de que una pastilla de azúcar es una aspirina, puede funcionar como una aspirina. --Que este supuesto tratamiento es un negocio multimillonario. --Que los experimentos realizados nos informan en contra de la supuesta relación entre alfa y los fenómenos parapsicológicos, entre alfa y los estados meditativos o trascendentales, y entre alfa y los poderes curativos. Los elementos clave del CM tales como la existencia de un "estado alfa", la promesa del desarrollo de la percepción extrasensorial, los "poderes curativos" y la promesa de un automejoramiento, son meras fantasías que están redituando formidablemente a los miles de "expertos" en CM que pululan entre nosotros. Cualquiera enseña CM y cualquiera lo practica, porque como es una absurda especulación pseudocientífica, todo cuaja y hasta las frases más ridículas y estúpidas hacen que el público desprevenido suspire un ahhh.... de admiración y estupefacción. Pero tras el burdo castillo edificado por el CM se esconde una mezcla de ambición económica, delirio mesiánico, y peligro para la salud. Hurgando un poco, el castillo se convierte en cenizas. Antes de hacer un curso o seminario de CM, piénselo. Y antes de pedir una consulta con algún experto que prometa solucionar sus problemas, piénselo dos veces. Y si a pesar de haberlo pensado tres veces Ud. llega al consultorio, el supuesto especialista en CM puede advertirle que, aun cuando él no sea un farsante, éstos también existen. Recuerde que los chantas también dicen que hay chantas. BIBLIOGRAFIA CONSULTADA Alcock, James E., Parapsychology’s Past Eight Years: A Lack of Progress Report, The Skeptical Inquirer, Vol. VIII Nº 4, Verano 1984. Beyerstein, Barry, The Myth of Alpha Consciousness, Skeptical Inquirer, Vol. X Nº 1, Otoño 1985. Gardner, Martin, La ciencia: lo bueno, lo malo, lo falso, Cap. 7, 8, 12, 15, 16, 19, 21, 28 y 31, Alianza Editorial, Madrid, l988. Granone, Franco, Tratado de Hipnosis (Sofrología), pp. 108-122, Ed. Científico Médica, 1973, Barcelona, España. Hansel, C.E.M., The Evidence for ESP: A Critique, The Skeptical Inquirer, Vol. VIII N° 4, Verano 1984. Silva, J., con Miele, P., El método Silva de Control Mental, Ed. Diana, l977. LOS "EXPERTOS" AUTOCTONOS Nuestro país no se podía salvar de la falaz promesa del control mental (CM). Los partidarios de esta charlatanería pseudotecnológica tuvieron el honor de encontrarse con que el Rey José Silva Iº visitó la última Feria del Libro y deleitó a sus súbditos con una ensalada de "chakras", electroencefalografía de bajo vuelo, "ciclos de octavas", "estado alfa", "Jesús", "conciencia interna", etc. (Ver revista Flash del 12-4-91). No vamos a entrar en detalles, pero parece que Silva está mucho más místico que hace 20 años. La palabra Dios resuena cada vez más en sus discursos. Pero para qué recurrir al fundador si aquí tenemos a nuestros propios "expertos", que si bien no siguen al dedillo el Método Silva de CM, se dedican a practicarlo, enseñarlo y atender consultas del más variado tipo. Dos de los más destacados practicantes de la superchería del CM son el Dr. Antonio Las Heras (quien también se dedica a la parapsicología, a la ovnilogía y cuenta con un equipo de "especialistas" para luchar contra la magia negra, entre otras delicias) y el profesor Carlos Lotito, de frecuente aparición en la TV, quien con trucos y artimañas conocidas por ilusionistas pretende hacer creer que posee poderes especiales. Los dos hablan de control mental y supongo que habrán desarrollado sus "potencialidades parapsicológicas" y sus "energías positivas" en forma considerable. Pero lamentablemente no ayudan con sus "poderes" a los miles de enfermos, carenciados y desnutridos que tenemos en el país. Podrían ponerse a disposición (ellos y otros cientos más que practican el CM y que dicen que pueden curar gente) de las autoridades sanitarias y trabajar en hospitales públicos, curando definitivamente a los atribulados pacientes que no tienen otra que entregarse a la "fría medicina ortodoxa". Las Heras y Lotito prefieren, en cambio, atender en sus consultorios privados a unos pocos afortunados que pueden pagar en dólares, en lugar de favorecer con sus inmensos poderes a toda la población. Se me ocurre que esto sucede así porque la beneficiosa técnica del CM es un fraude total, y no resiste un análisis científico ni una prueba experimental. Aunque... todavía les queda aceptar el desafío del CAIRP ("Proyecto Psi", ver página 9) y, si es que no se quieren beneficiar personalmente con los U$S 10.000, podrían donarlos al Hospital de Niños. Los niños se lo agradecerán.
|