MAS ALLA DE LA VIDA Benjamín Santos Pedrotti Escribir un libro acerca de nuestras creencias personales no tiene nada de malo, escribir un libro con nuestras expresiones de deseo, tampoco; pero escribir un libro haciendo afirmaciones sobre hechos no comprobados, tocando una diversidad de temas que el mismo autor no maneja es una audacia y una imprudencia. Tal es el caso de "Más allá de la vida" de Victor Sueiro. El autor toma como punto de partida una vivencia personal que, en pocas palabras, sería la siguiente: mientras se le realizaba un estudio cardiológico a raíz de ciertos dolores en el pecho sufre un ataque, su corazón comienza a fibrilar, pierde la conciencia y entra en un paro cardíaco; acto seguido (aproximadamente cuarenta segundos después) los médicos le aplican el desfibrilador y posteriormente recupera la conciencia. Según cuenta, durante ese lapso pasó lo que él llama la "Gran Experiencia", a saber: ver una luz muy brillante e intensa, tener sensaciones de tranquilidad, paz, amor, ver rostros de personas, oir voces que le hablaban, etc. Lejos de negar esta vivencia, lo que a continuación se expone no es una discusión sobre si después de la muerte hay otra forma de existencia, sino una crítica al método y los argumentos utilizados para llegar a esta conclusión. Hacer un detallado análisis daría para escribir otro libro, pero dado que disponemos de un espacio reducido, trataremos los aspectos más gruesos. -- En primer lugar, el autor hace hincapié en la idea de que "estuvo muerto" basando en el hecho de su paro cardíaco; no toma en cuenta que al margen de éste, su organismo, cada una de sus células, aún estaban vivas; ni qué hablar del cerebro, al cual le quedaban más de tres minutos por delante. Luego, no se puede afirmar --no se debería afirmar-- que las sensaciones o vivencias transitadas tengan existencia extracorpórea y no sean producto de una actividad psiconeuronal atípica bajo condiciones extremas. Todo esto suponiendo que dicha experiencia tuvo lugar durante el lapso que duró el paro cardíaco, pero... -- En segundo lugar, no tenemos esta certeza, ya que pudo producirse en el período que va desde la recuperación de la actividad cardíaca hasta la recuperación de la conciencia, no importe que dure minutos o aún segundos. -- En tercer lugar, hace hincapié en la similitud de las sensaciones y visiones experimentadas por distintas personas en distintas partes del mundo. Si bien en un momento aclara que sólo las tienen entre un 40 y un 50 % de quienes pasan por ese estado, afirma que "todos" estos viviencian lo mismo. Pero ésta es una información falaz y tendenciosa, puesto que no aclara (o desconoce) que en otras culturas, como por ejemplo la hindú, no sólo experimentan cosas distintas sino hasta sensaciones totalmente opuestas. Esto estaría apoyando la teoría de la influencia cultural para sentir o alucinar determinadas cosas en situaciones orgánicas límites. -- En cuarto lugar, el autor no menciona (o ignora) que frente a la utilización de determinadas drogas (lophophora williamisi, psilocybe mexicana, LSD, ololiuqui, yage, etc.) distintos sujetos pueden experimentar similares o iguales sensaciones, muchas de ellas hasta semejantes a las expresadas por individuos con paro cardíaco (ver una luz o luces, sensaciones de bienestar, etc, etc.) -- En quinto lugar, parece desconocer las investigaciones y experimentos hechos con sujetos en cámaras anóxicas (esto es, con muy bajo nivel de oxígeno), los cuales llegaban a un estado alterado de conciencia en el que tenían distintas sensaciones y alucinaciones, muchas de ellas similares a las ya mencionadas. Recuérdese que luego de un paro cardíaco el cerebro debe sobrevivir con bajísimos niveles de oxígeno. -- En sexto lugar, afirma que "no podía tener ningún tipo de influencia para recordar su vivencia de ese modo". Sin embargo, no toma en cuenta (afirmamos que esto NO lo desconoce!) la fuerte influencia de sus creencias religiosas, y como si fuera poco, que años antes ya había leído el libro del Dr. Moody "La vida después de la vida". -- En séptimo lugar, cabe mencionar que ya no hay más lugar, pero la lista aún es larga y quedan muchas cosas en el tintero, y de lo más variadas. ¿Por ejemplo? Cuando induce las respuestas de la gente que entrevista, cuando habla de la percepción extrasensorial o de su "Karma", cuando habla de los consejos de un vidente y del aura humana "que se fotografía", o de las reencarnaciones, de las vidas anteriores y otras pavadas por el estilo. No voy a ocupar más espacio con mis conclusiones acerca del libro. Creo, a esta altura, que son evidentes. Se me ocurre cerrar con un pensamiento del señor Victor Sueiro para que los lectores terminen sacando las suyas. Dice textualmente: "Por otra parte, yo viví la Gran Experiencia, lo cual me pone mucho más allá [y Más Allá] de ser un simple escriba que hace esfuerzos por ser objetivo, como hice siempre".
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