SOBRE LA CUADRATURA DE DOS POPULARES ENIGMAS DE NUESTRO TIEMPO "Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio" Joan Manoel Serrat DE CIRCULOS: A más de una década de iniciada la saga de los "extraños circulos" que se extendieron como una plaga por los campos de cosechas de cereales ingleses, recién durante este año que termina el promocionado "enigma" empezó a hacer agua por todo su perímetro. Instrucciones para hacer un círculo que de mágico, nada. El primer intento por evaluar la hipótesis de la confección humana de los círculos estuvo a cargo del equipo VECA’90 Voyage d’Etude des Cercles Anglais, liderado por el ufólogo escéptico francés Thierry Pinvidic. Ese año, con el auspicio de la revista Science et Vie, Pinvidic, colaborador y amigo del CAIRP, fabricó réplicas exactas de los círculos --es decir, sin dejar rastros del fraude-- de acuerdo con la siguiente receta: 1) Entrar al campo siguiendo el surco de un tractor. Acudir provisto de un plano del "criptograma", una cuerda anudada de una estaca y un rodillo de jardinero; 2) Apartar las espigas (luego serán borradas por el propio aplastamiento) para llegar al lugar deseado; 3) Clavar la estaca y tender la cuerda con la longitud del radio elegido, sosteniendo el otro extremo mientras otro de los "artistas" camina en redondo para dejar un rastro circular perfecto. Utilizar el rodillo para aplastar el cereal en todo el círculo interior a ese rastro (si lo hace desde el borde externo, la espiral será centrípeta, y si parte desde el centro será centrífuga); 4) Si lo desea, puede trazar la circunferencia de uno o varios anillos exteriores alargando un poco más la cuerda; 5) El que lleva el rodillo --recorriendo una sola vez la segunda circunferencia-- acaba de trazar el anillo, que tendrá el mismo ancho que el paso del rodillo; 6) Una vez finalizado el primer círculo anillado, arrastrar el rodillo, trazar una línea recta hasta el borde del siguiente círculo y repetir la operación hasta... que se aburran de hacer pictogramas. Lógicamente, para la elaboración del círculo deberá participar un mínimo de dos personas. Leña del árbol caído. Aunque era previsible que algo así sucediera, nadie sabía por dónde vendría el hachazo final, cuando los jubilados ingleses Douglas Bower y David Chorley admitieron haber planeado y ejecutado los primeros diseños, allá por el año 1978, inspirados en las noticias sobre supuestos descensos alienígenas que por entonces arreciaban. La técnica que usaron era muy parecida a la que aplicó el equipo VECA’90: una simple soga de longitud variable para marcar "a compás" los contornos, un tablón de madera para aplastar el trigo (uno lo deslizaba y otro, ubicado en el centro, permanecía fijo) y una mira de alambre para no errar el trazo. Cuando disponían de tiempo para hacer "graffitis cósmicos" más complejos, éstos eran diseñados previamente en papel. Quiero vale cuatro. Algunos "escépticos de los escépticos" tratan de agarrarse de donde pueden y se preguntan "por qué no hicieron su denuncia antes". Los mismos sexagenarios respondieron que, de haberlo hecho, la diversión se hubiera terminado. Justamente, decidieron soltar la confesión cuando el gobierno estaba por dilapidar fondos para la investigación del "misterio". Otros esgrimen: "Dos personas jamás hubieran podido crear semejante cantidad de círculos" o "están mintiendo para publicitarse" En primer lugar, y si fueron ellos los precursores, fueron eso: precursores. Sólo habrían dado el puntapié inicial. Y si ellos no fueron los primeros --por cierto, no pueden probar más que de palabra su papel de iniciadores-- bueno, pues habrán sido otros... Ahí están los resultados de VECA’90, que no se interesaron tanto en determinar la paternidad de la idea como en demostrar que el "despliegue técnico" necesario para concretarla era sencillísima. Por otra parte, multitud de bromistas trabajaron afanosamente en la elaboración de círculos. Muchos de ellos fueron descubiertos por Paul Fuller, otro ufólogo crítico británico que --empero-- no se salvó de caer en dominó acompañando al físico Tomas Meaden. Ya se comprenderá... Circulólogos "out". Los ufólogos Colin Andrews --conocido como "El Señor de los Anillos"-- y Pat Delgado --otro defensor a ultranza del origen extraterrestre de los círculos-- no reconocieron jamás haber sido engañados. Es comprensible: fueron los más perjudicados por el desenmascaramiento, ya que ganaron fama, escribieron libros, artículos, filmaron videos e incluso conquistaron la simpatía de la Reina, que estaba por subvencionar sus "investigaciones". La posibilidad de fraude se manejaba mucho antes de que aparecieran los jubilados británicos. Por ejemplo, ya había se había pronunciado a su favor el investigador inglés Hilary Evans, que no es precisamente un militante del escepticismo. Obviamente, recién con las declaraciones de Bower y Chorley se destapó la olla en público y los medios no tuvieron más remedio que hacerse eco de un fraude que, a esa altura, era indisimulable. Pero los mal parados después del "descubrimiento" no fueron solamente los ufólogos crédulos. No faltaron algunos partidarios de "explicaciones racionales", como el ya mencionado Meaden, quien propuso una intrincada teoría basada en los "vórtices geomagnéticos" (que desde un principio se la había considerado, como mínimo, insuficiente) y la misma Jenny Randles, una ufóloga escéptica inglesa que cometió el apriorismo (junto con Fuller) de adherir a las sugerencias de Meaden y armar con ellas un libro preciosamente ilustrado con los "cerealogramas". La truchísima epidemia de los redondeles de cereal aplastado ha llegado a su fin. Los jardineros de Luis XIV --que diseñaron los canteros circulares de los jardines de Versalles-- no los hubieran hecho mejor. DE TRIANGULOS: Al principio fue la euforia. No habían sido los ovnis los que se llevaron a los cinco Grumman TBM Avenger de la Fuerza Aérea norteamericana sino que estaban bien hundidos en el fondo del mar. El supuesto descubrimiento de los Avenger que habían despegado de la pista de la base aeronaval de Fort Lauderdale, Florida, el 5 de diciembre de 1945 amenazó en convertirse en un hecho histórico. Después de 46 años de especulaciones fantásticas, el "misterioso" destino de la escuadrilla parecía develado. Pero... Sorpresas te da la vida. Más tarde los diarios informaron que no eran los Avenger tan bien explotados por Berlitz sino, curiosamente, otros tantos Avenger pero con diferente identificación. El periodismo, atento a la novedad, tituló: "El misterio se ha duplicado". En realidad, lo que se había vuelto más que evidente era, sencillamente, que los accidentes, en esa zona, eran más comunes de cuanto nos quisieron hacer creer todos los fabricantes de supercherías juntos. No sólo eso: la falta de registros cuidadosos que rindieran cuenta de esa clase de siniestros apoyaba la hipótesis más simple de todas --negligencia-- para explicar la controversia. Pero, como veremos, no hace falta que algún día se refloten los torpederos del Vuelo 19 para que el misterio del Triángulo de las Bermudas sea aclarado. El rompetriángulos de Arizona. El estudio que en 1975 realizó el profesor Lawrence David Kusche, de la Universidad Estatal de Arizona, Temple, y miembro del CSICOP (Committee for the Scientific Investigation of Claims of the Paranormal), se había convertido en un dura lección para los propagandistas del equilátero mito. En su libro "El Triángulo de las Bermudas Resuelto", el investigador demostraba que la leyenda no había sido otra cosa que un alucinante fraude armado por divulgadores que no dudaron en falsear los datos para explotar la credulidad pública, fomentando versiones confusas sobre hechos en torno a los cuales había información para explicar cada uno de los eventos sin necesidad de acudir a explicaciones exóticas. Realizó un exhaustivo examen de cincuenta casos clásicos, llegando a la demoledora conclusión de que el Triángulo de las Bermudas no era más que un fabuloso misterio prefabricado. Los resultados de Kusche provienen de una investigación casi obsesiva que comprendió la búsqueda de los relatos originales publicados en periódicos antiguos, revistas y libros, junto a una revisión global de las investigaciones de los accidentes, archivos meteorológicos, documentos oficiales y testimonios directos obtenidos en diversas partes del mundo a través de cartas y llamados telefónicos. Es decir, hizo exactamente aquello que deberían haber hecho Charles Berlitz, Vincent Gaddis, Alan Landsberg, Ivan T. Sanderson o John Wallace (sin olvidar a nuestro criollo Antonio Las Heras) si hubieran estado interesados en la verdad (y no en vender libros): investigar. Justamente, Kusche reunió sobradas evidencias como para denunciar que en las Bermudas nunca hubiera habido ningún misterio de no haber autores oportunistas dispuestos a crearlo. El caso del vuelo 19 es un buen ejemplo de cómo se distorsionó la realidad de los acontecimientos hasta transformarlos en una colección de hechos desfigurados. ¿Qué descubrió Kusche cuando investigó el famoso incidente de Fort Lauderdale? Continuará... Declaraciones de un visitante notable CHARLATABERLITZ -- ¿Existió realmente un continente llamado Atlántida? -- "Todo indica que sí. Sabemos que hace más de 50000 años existió un sector de la Tierra donde vivía una civilización avanzada. Según mis cálculos, ese continente está ubicado a la altura de las islas Canarias y las Azores. Bajando casi 1500 metros se encuentran huellas de lo que fue la Atlántida. Rusos y norteamericanos, con sus sofisticados submarinos, han rastreado la zona durante años y encontraron citadelas, carreteras, palacios, pirámides y hasta edificios antiguos. Todo esto se guarda en secreto." (Respuesta de Charles Berlitz a un periodista de la revista Noticias 6-10-91.) De más está aclarar que, si esta afirmación fuera cierta, se revolucionarían la arqueología y la historia en forma espectacular. Si se guarda en secreto, ¿cómo se enteró Berlitz?
--"Mucho pasa por la psiquis humana, pero también, gran parte de estos fenómenos, no tiene explicación racional. Le voy a dar un ejemplo concreto. Hace unos años alquilé una casa en Canadá. Durante el día todo era normal, pero por las noches se escuchaban ruidos, lamentos y voces amenazantes. Una tarde, en un almacén cercano, alguien me preguntó si estaba parando en la casa Loffe. Se me ocurrió comentar lo de los ruidos y esa persona me dijo que no le extrañaba, ya que el matrimonio Loffe había reñido hacía diez años y el hombre golpeó ferozmente a su mujer y luego la tiró al tanque de agua, aún viva. Allí murió y allí la encontraron a los pocos días. Desde entonces existe una leyenda sobre esa mansión y todos la consideraban "maldita". A mí no me preocupaba demasiado porque los ruidos no pasaban de eso. Evidentemente era el único que desconocía la leyenda, porque nadie nunca volvió a habitar esa casa." (Declaraciones a la misma revista). Si esto fuera realmente así, Berlitz debería llamar a los institutos de física y química más importantes del mundo para que investiguen seriamente lo que sería un descubrimiento que revolucionaría todo el conocimiento científico actual. Pero permanece totalmente indiferente a esos extrañísimos fenómenos. Lo único que le preocupa es que los ruidos no pasaron de eso. Afirma tajantemente que estos hechos que relata no tienen explicación racional. Si no la tuvieran, no habría por qué atribuir estos fenómenos a los espectros o fantasmas. Pero la explicación racional más plausible es la siguiente: Berlitz sabe que la gente es crédula, a Berlitz le interesa que la gente compre sus libros, diciéndole a la gente que se trata de alucinaciones o de meros efectos de la sugestión (¿por qué no pasa nada durante el día?) nadie se maravillaría. Berlitz no vendería ni una página. Conclusión: Berlitz necesita de la fantasía como un político charlatán precisa de la promesa.
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