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DE PLATILLOS E INTERPRETACIONES ERRONEAS

 

DE PLATILLOS E INTERPRETACIONES ERRONEAS


En su número 780 la revista "Somos" (del 9/9/91) incluyó un artículo sobre el tema ovni en el cual se vertieron algunas opiniones inexactas que el periodista le atribuyó a Alejandro Agostinelli, integrante de la Comisión Directiva del CAIRP. Sin duda, se trató de un error de interpretación, ya que la mayor parte del reportaje reflejó con bastante fidelidad lo dicho por Agostinelli en esa oportunidad. Cuando es posible, el CAIRP se encarga de rectificar la información cada vez que se produce una alteración --por pequeña que sea-- de los mensajes que nuestra institución ofrece a los medios de difusión masiva. Es por eso que se envió al Director de esa revista una carta aclaratoria que --como hasta la fecha no fue publicada-- la incluímos a continuación para aventar cualquier posible mal uso que se le dé a esa lamentable --aunque descontamos, involuntaria-- distorsión.


Revista "Somos"

Sr. Director, Daniel Pliner

De mi mayor consideración:


Las grandes tergiversaciones muchas veces comenzaron con una suma de errores "sin importancia". Gafes tontos en apariencia pero que, a la larga, casi sin darnos cuenta ni encontrar el tiempo para repararlos, pueden terminar desencadenando males mayores (por naturaleza, el hombre es un fabricante de fantasías y rumores). Así, por ejemplo, empezó la historia de los Objetos Voladores No Identificados (OVNI) asimilados culturalmente como naves extraterrestres (los ya sustantivados ovnis) (1).

En la edición con fecha de hoy de la revista que Ud. dirige, en la nota "El mapa de los ovnis", firmada por Alfredo Sierra, se han publicado algunas declaraciones que NO me pertenecen, cuya aclaración considero imprescindible ya que transmiten un punto de vista inexacto y tendencioso de la posición del CAIRP (y de la mía particular) respecto del llamado fenómeno ovni.

En ningún momento dije que "no todas las apariciones (de ovnis) tienen explicación racional" ni proporcioné en nombre del CAIRP lista alguna de "enigmas que perduran". En realidad, los tres casos "sin explicación" son simplemente sucesos donde la insuficiencia de información impide hacer una evaluación científica de la naturaleza de los supuestos fenómenos fotografiados y/o visualizados. Mal puede considerarse "no identificado" el presunto fenómeno percibido por testigos que no han sido objeto de una investigación competente. En el caso del Capitán Hugo Luis Niotti (3/7/60) fue realizada una encuesta y evaluación profunda y concluímos que sería altamente probable que se trate de un globo sonda, como se menciona en el artículo (mientras que en el epígrafe de la foto se dice "la digitalización computada prueba su autenticidad". Como ocurre en cualquier análisis fotográfico de una imagen ambigua, el estudio digita-lizado casi siempre alcanza para determinar aquello que NO es lo que aparece en la foto, raras veces lo que verdaderamente es. Pero lo que sin duda NO permite establecer es si... se trata de un "ovni auténtico" o no --¿qué es un "ovni autén-tico"? Nadie vio una nave extraterrestre con chapa o patente de identificación). No existe, por lo tanto, ninguna "resistencia a la identificación" en los casos mencionados en el artículo sino, como quedó dicho, falta de datos para pro-nunciarse categóricamente en uno o en otro sentido. Por otro lado, hay una enor-me diferencia entre la expresión "no identificado" y las otras, de uso tan extendido como tendencioso: "sin explicación" (aunque siempre estamos a tiempo de encontrarla) o "inexplicable" (peor que la anterior, porque suspende indefi-nidamente la posibilidad de dar con la clave que resuelva el caso).

Tampoco afirmé nunca "no se trata de negar el fenómeno ovni..." Ciertamente, para estar en condiciones de no negar la existencia de un fenómeno cualquiera, antes alguien debería afirmar que tiene evidencias de su realidad. Y definitivamente, en la controversia ovni, éste no es el caso. El objetivo del CAIRP no es el de negar ni de afirmar nada a priori sino, ante todo, investigar y exponer públicamente el resultado de sus investigaciones. En la medida que nadie hasta la fecha ha proporcionado las pruebas de la existencia de uno o varios fenómenos cuya naturaleza sea sin lugar a dudas inexplicada, original, desconocida, o como se la quiera catalogar, no se puede afirmar que, de acuerdo con nuestros conocimientos actuales, los informes sobre ovni sean un misterio inaccesible para la ciencia. Más de cuarenta años de estudios sobre este tipo de observaciones permiten inferir que, en su abrumadora mayoría, éstas encuentran su explicación racional en distintas causas, todas ellas basadas en hipótesis terrestres (psicológicas, sociológicas, culturales, meteorológicas, astronómicas, etc.) y que, en fin, tienen que ver con el desenvolvimiento más o menos complejo de un mito de la era espa-cial. El "no identificado", a la larga, casi siempre es reductible a un hecho banal.

Tomar en serio a los ovnis, en todo caso, es encargarse de investigar las profundas motivaciones culturales y psico-sociológicas que existen en cada informe y permanecer atentos frente a cualquier otra clase de fenómenos que puedan presentarse. Tomarlos en serio, por ejemplo, es advertir sobre las consecuencias perniciosas que se derivan de la compulsiva en los ovni en la medida que la gente siga "identificando" cada fenómeno inusual que aparece en el cielo como "vehículos extraterrestres". Hoy, una primera tanda de argentinos se está dejando arrastrar por "hermandades cósmicas" que son sectas destructivas enmascaradas o dejándose engañar por la fauna de charlatanes que sacan tajada del mito. Y esto sí es serio, real y preocupante. Pero también tiene su explicación.

Para hallar respuesta a este último interrogante, vuelva a leer, por favor, el primer párrafo de esta carta.

Le agradeceré que publique esta aclaración en el próximo número de su revista.

Sin otro particular, lo saluda atte.


Alejandro César Agostinelli

Por la Comisión Directiva del Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia (CAIRP).


(1) Nos referimos a la histórica confusión que dio lugar a la expresión "platillos voladores". No fue Kenneth Arnold quien bautizó así a los objetos que había visto sobre el Monte Rainier sino el periodista Nolan Skiff, redactor del diario East Oregonian, quien malinterpretó la descripción del piloto. [Ver, por ejemplo, de Lagrange, Pierre; "Pendleton, 24-26 de junio de 1947: Tres días en la vida de Kenneth Arnold y de los platillos volantes. Algunas consideraciones sobre la forma de escribir la historia de los platillos volantes." En revista Cuadernos de Ufología Nº 8, 2ª Epoca, Santander, Mayo 1990, pp. 9-20.]. Curiosamente, los relatos posteriores se adaptaron al error de Skiff y "la gente empezó a mirar el cielo buscando platillos volantes". Eso fue lo que encontró. Es inevitable adherir a Martin Kottmeyer cuando afirma: "El hecho de que los platillos voladores se hayan originado en un error periodístico es el chiste cósmico más sensacional con que me he tropezado en la vida" [Ver revista Magonia Nº 35, january 1990, "Entirely Unpredisposed", pp. 3-10.]