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NEUROLINGÜÍSTICA

 

Neuroligüística: ¿sustantivo o adjetivo?


DR JUAN E. AZCOAGA



Después de la mitad del siglo, eminentes científicos retomaron las evidencias de las relaciones entre el cerebro y el lenguaje, acumuladas desde hacía otros cien años, y volvieron a cuestionarse de qué modo ese órgano generaba lo que se considera la más alta y distintiva característica del hombre.


A. Luria, el gran investigador ruso de estas disciplinas, pudo definir a una ciencia nueva, la neuroligüística, como el de esas complejas relaciones entre el cerebro y el lenguaje. Numerosas publicaciones, revistas especializadas, materias y posgrados en las faculta-des de Psicología y de Medicina, han dado a la nueva disciplina científica la jerarquía merecida.


Actualmente, se debate sobre modelos teóricos que promuevan la investigación: hay quienes siguen remitiéndose a las anfractuosidades anatómicas del cerebro para buscar en ellas las claves explicativas; otros siguen explorando las relaciones entre lesiones y funciones; otros se remiten a los progresos de la fisiología del sistema nervioso y a los de la lingüística teórica. En fin, se trata de una transitada carretera en la que incontables móviles van hacia muchas metas. Pero van en la misma dirección y guiados por los mis-mos indicadores: los del método científico. Es más: ninguno de los innumerables buscadores de estas verdades osaría salirse de la carretera. Sería perder la posibilidad de alcanzar objetivos deseables y compartidos por tantos otros.



El método científico es la garantía de que la búsqueda de nuevas explicaciones, de nuevas definiciones, será legítima. Toda la historia de la humanidad podría ser la historia de la búsqueda del método científico. Y tanto por lo que se ha alcanzado como por las pintores-cas anécdotas, las excentricidades, de los que se han lanzado a buscar insólitas "verdades", la legitimación del método y la convalidación de lo que la civilización contemporánea debe al método científico, queda fuera de cualquier discusión.


La pequeña historia de la programación neurolingüística (PNL) es de las que no po-drían hacer un capítulo en la historia de los aportes del método científico.


Nació por iniciativa de John Grinderf, lingüista, y Richard Bandler, psicólogo, a principios de la década del setenta. La tarea de ambos se orientó a buscar por qué unos terapeutas tuvieron éxito en sus tratamientos. Eligieron a Milton Erickson, Virginia Satir, Fritz Perls y Carl Rogers. Comprobaron que había ciertas constantes en su práctica exitosa y procedieron a la recolección de datos. Una vez logrados, los clasifica-ron y obtuvieron un cierto número de patrones para un modelo general de influencia interpersonal. Es claro que constituiría un ejercicio sencillo para un curso de metodología detectar desde cuándo se produjo el aleja-miento del método. ¿Qué es el "éxito" terapéutico en psicoterapia? ¿Cuándo se alcanzan resultados? ¿Cuáles son las variables definitorias en la estrategia psicoterapéutica?


Pero --admitámoslo-- se recogieron con-juntos abrumadores de datos. ¿Es que en el criterio de clasificación no hay ya un "modelo" interpretativo? ¿Y cuántos modos de clasificación pueden ser considerados idóneos? Sacar de ello "patrones" de influencia interpersonal parece una metáfora psicológica de la labor de los alquimistas medie-vales: ellos también iban a lograr obtener el oro...


Hasta allí, todo podría quedar en una hasta simpática aberración intelectual, una inofensiva fantasía, un gracioso hobby entre amigos. Pero cuando se creó la National Association for Neurolinguistic Programaming, y comenzaron a aparecer libros y revistas especializadas dedicadas a la nueva actividad, declaradamente técnica para el asesoramiento, educación, dirección gerencial, actividades interpersonales en general y --por qué no decirlo-- también terapéuticas, el tema se vuelve alarmante.


La publicidad no es avara en adjetivaciones. En un prospecto impreso en Buenos Aires este año, se nos dice:


"Siendo PNL una epistemología, una escuela pragmática de pensamiento, con-tamos con herramientas para desarrollar un pensamiento estratégico y sistémico, para revisar y renovar carencias y principios básicos acerca de lo que somos como seres humanos y para flexibilizar conductas que nos permitan alcanzar con eficiencia las metas que nos propongamos. También PNL provee un marco para comprender el nivel espiritual del ser humano, ese nivel que permite el autodescubrimiento, más allá de la identidad individual y que nos conecta con nuestra misión.

"Para Robert Dilts

 PNL no tiene que ver sólo con competencia y excelencia, sino también con sabiduría y visión...

 La excelencia se da al tener varias opciones; la sabiduría se da al tener perspectivas múltiples." (Se respetan las negritas del original).


La cita tiene el estilo hiperbólico misional que puede hallarse en la literatura muchas veces comentada en las páginas de EL OJO ESCÉPTICO. Pero... ¿qué promueven las técnicas de la PNL?


Seis sistemas representacionales:


-- construcción de imágenes visuales

-- recuerdos de imágenes visuales

-- construcción de imágenes auditivas

-- registro consciente de sensaciones cinestésicas y

-- mantenimiento de diálogos interiores


Mientras el sujeto utiliza estos sistemas representacionales, sus ojos y su postura denuncian las demandas de cada uno de ellos... Ingenioso, ¿verdad?


Sencillamente, un esquema de Stevens (1979) nos muestra que las miradas laterales y oblícuas hacia arriba y abajo, a derecha y a izquierda, se corresponden con cada uno de los seis sistemas.


Pero es claro que no todo es tan elemental: es como dicen, una tecnología que se aprende en el Eastern NLP Institute y en la NLP University de Estados Unidos, en la que los alumnos se gradúan en los niveles de Practitioner, Master Practitioner y Trainer. Esta última es, claro está, la cúspide académica. Como se sabe, también en Buenos Aires se lleva adelante esta actividad, a la que en 1992 se le dedicó un congreso.

La evidencia parece cristalina: la Neurolingüística es ajena e inocente del empleo que se hace de ella como adjetivo. La Neurolingüística es una entidad. No es un atributo de imaginarias (pero rentables) manipulaciones de incautos. Tiene presencia y contorno en el terreno de las ciencias del hombre. No es para nada una emanación de prácticas cuasi-chamánicas.


Y una vez más, todo podría quedar en el asombro de una fábula transcientífica. Pero nace la pregunta: ¿no hay acaso formas más honestas de ganarse la vida? EOE


El Dr. Juan E. Azcoaga es director de APINEP (Asociación para la Asistencia e Investigaciones Neurológicas, Psicológicas y Psicopedagógicas ). Es profesor consulto de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, miembro activo de la Academia de Ciencias de Nueva York y miembro consultor del Cairp.


ABSTRACT


Neurolinguistic Programming (NLP). The article describes systems of mental representation according to NLP, and refutes its claims to enable practitioners to recognize and therefrom modify or influence people’s way of thinking and behaviour.


Pags 30-33