CIENCIA VS. PSEUDOCIENCIA Por Enrique Márquez Una de cal... Según un informe que nos hace poco nos envió nuestro colaborador y amigo en Crespo (Entre Ríos), César Haberkorn, se ha consolidado en esa localidad un viejo proyecto de muchos interesados en la divulgación científica. Tras muchos esfuerzos y la esmerada gestión del Intendente Municipal, Contador Daniel Paifer, y el Director Provincial de Ciencia y Técnica, Ing. Víctor Lallana, el Concejo Deliberante aprobó la creación del Centro de Divulgación Científico-Técnico en Crespo. De aquí en más queda pendiente poner en práctica un programa que incluye cursos, seminarios, conferencias y talleres de divulgación científica y técnica, con la posibilidad de incorporar dicho Centro a la Red Nacional de Ciencia y Técnica de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación, que permi-tirá un fluido intercambio y redistribución de documentación e información científica actualizada. ...y otra de arena Del 27 al 31 de octubre se llevaron a cabo en Córdoba el 47° Congreso de la Liga Médica Homeopática Internacional, las 5tas Jornadas Brasileño-Argentinas de Medicina Homeopática, y el 3er Congreso Unificado de Escuelas Homeopáticas Argentinas. Hasta aquí, la trilogía no sorprende. Es más, nos resulta coherente con la crisis económica del país (tres al precio de uno). Lo que sí alarma es el cuarteto de auspiciantes: Gobierno de la Provincia de Córdoba, Ministerio de Salud (?) y Desarrollo Social, Municipalidad y Secretaría de Turismo, y como si esto fuera poco la UNIVERSIDAD NACIONAL DE CORDOBA. ¿Qué tal? Agua bendita para todos. Homenaje a un pionero El lunes 26 de octubre falleció a los 67 años el más popular meteorólogo de nuestro país, Profesor José Valentín Komar. Su debut en TV, en marzo de 1963, inició un nuevo modelo comunicacional en el pronóstico del tiempo. Lo que pocos saben, y muchos pseudocientíficos prefieren olvidar, es que el Prof. Komar fue un prolijo coleccionista de artículos sobre fenómenos meteorológicos inusuales. Sus amplios conocimientos en metereología y climatología sumados a su gran archivo de anomalías, lo hicieron un crítico mordaz de la creencia en los platos voladores y de sus mercantiles agentes de divulgación. Fue notable su polémica con Fabio Zerpa en 1978. Sin ser un experto en psicopatología, no tuvo ningún empacho en hacer el siguiente diagnóstico: "Los platos voladores no son más que una psicosis". AGENDA ASTROLÓGICA Los resultados de una encuesta a nivel nacional que llevó a cabo en 1991 el National Social Science Survey sobre la creencia en la astrología, han revelado un notable incremento en el nivel de aceptación de la astrología en los últimos cuatro años. Un análisis comparativo entre una primera encuesta (1987) con una muestra representativa de 1.528 casos, y ésta última con 683 casos, arrojan un incremento del 16% al 29% (ver Cuadro I). Acá va el cuadro I ¿Cree Ud. En la astrología? Otro incremento más modesto pero no menos significativo es el de las respuestas afirmativas a la creencia de que las estrellas y los planetas afectan nuestros destinos. Mientras que en 1987 un 16% sostenía esta creencia, en 1991 se ha elevado al 22% (ver Cuadro II). Acá va el cuadro II “Las estrellas y los planetas ¿afectan nuestros destinos en una forma incomprendida por la ciencia? En consecuencia, el acertijo lo plantea ese paradójico 7% de creyentes en la astrología que no consideran que sus destinos están influídos por las estrellas y los planetas (?). Tres encuestas académicas En febrero de este año, en el Encuentro Anual de la American Association for the Advancement of Science que se llevó a cabo en Chicago, EE.UU., se presentaron tres informes académicos provenientes de Francia, el Reino Unido y los EE.UU. en la sesión dedicada a La astrología y otras pseudociencias. El simposio fue organizado por Jon D. Miller, Director del International Center for the Advancement of Scientific Literacy y la Academia de Ciencias de Chicago, que presentó uno de los principales informes. Tom W. Smith del National Opinion Research Center de la Universidad de Chicago, fue el otro representante norteamericano. Las otras ponencias le correspon-dieron a Daniel Boy y Guy Michelat de la Universidad de París y la Fundación Nacional de Ciencias Políticas de París, y a John Durant y Martin Bauer del Museo de Ciencias de Londres. Los principales hallazgos y conclusiones pueden resumirse de la siguiente manera: Astrología y sexo. En los tres países la creencia en la astrología es significativa-mente mayor entre las mujeres. Según Miller, en EE.UU. las mujeres (45%) son más proclives que los hombres (33%) a pensar que la astrología tiene base científica; asimismo las mujeres leen el horóscopo con mayor asiduidad (23% contra el 9% de los hombres). A la hora de modificar sus conductas en función de un informe astrológico, el porcentaje de mujeres duplica al de hombres (6% contra 3%), elevándose esta relación al triple (9%) cuando el nivel de educación es más bajo. Estos altos índices de credibilidad en las mujeres, según sostiene Daniel Boy, probablemente estén relacionados con las menores posibilidades de elección de su futuro social que tienen las mujeres con respecto a los hombres, en estas sociedades. Astrología, edad, y clase social. La creencia astrológica también tiende a estar relacionada con la edad (más alta entre la gente joven) y las ocupaciones de clase media (comerciantes, empleados, etc.). También existe una mayor tendencia entre las familias marginales y los que tienen in-certidumbre por su futuro laboral, así como aquellos que sienten que tienen un bajo control de su entorno social. Según Boy, el grado de incertidumbre acerca del futuro social de las personas es un dato clave, y en el caso de los más jóvenes se da con mayor intensidad considerando el gran abanico de posibilidades que se les presenta a esa edad. Astrología y estado civil. La creencia en la astrología es mayor entre los solteros. Astrología y religión. La gente que cree en la astrología tiende a tener un alto interés religioso pero un bajo nivel de integración a las estructuras religiosas establecidas. Astrología y ciencia. La creencia en la astrología no parece estar relacionada con una inadecuada comprensión de la ciencia o con una actitud negativa hacia la ciencia. En EE. UU. ha habido una declinación (10%) en considerar a la astrología como una ciencia. Sin embargo, aproximadamente dos de cada cinco norteamericanos la consideran como tal. Y aun cuando uno de cada cinco lee los horóscopos, sólo uno de cada veinte modifica su conducta en función de esa lectura. Son estas dos últimas variables las que principalmente hacen suponer a D. Boy que "paradójicamente, el auge de las pseudociencias puede ser no tanto el resultado de un debilitamiento de la confianza en la ciencia sino el producto del colapso de la fe religiosa ortodoxa". Ref.: Grey, William; "A National Survey", en The Skeptic, Vol. 12, N° 1 (otoño ‘92), Australia. La estampilla que falta El último número de The Skeptical Inquirer (Otoño de 1992) rindió su homenaje a Isaac Asimov invitando a muchos de sus amigos a recordarlo a través de su labor y anécdotas que consolidan el perfil de un grande. Del tributo formaron parte Kendrick Frazier, Arthur Clarke, Fredrik Pohl, Harlan Ellison, L. Sprague de Camp, Carl Sagan, Stephen Jay Gould, Martin Gardner, Paul Kurtz, Donald Goldsmith, James Randi, y E.C. Krupp. Se destaca la propuesta de Gardner, quien cierra su comentario con la siguiente expresión de deseos: "Esperemos que algún día nuestra oficina postal tenga el suficiente criterio para dedicar una estampilla conmemorativa a Isaac Asimov, un auténtico tesoro nacional". Al parecer, esta sugerencia ya está tomando forma. Keay Davidson, otro divulgador científico que es columnista del San Francisco Examiner, ha iniciado una campaña para que sus lectores escriban al servicio postal de los EE.UU. solicitando se incluya en el futuro una estampilla de Isaac Asimov. Después de todo....si la República de Guinea Ecuatorial y la Antilla Inglesa Granada tienen su propia estampilla al alusivo al conocido fraude del "pollo incubado por un ovni" del difunto charlatán George Adamski bajo el lema Colaboración Interplanetaria; y la Colonia británica de la costa occidental de Africa, Sierra Leona, reprodujo en un sello la formación rocosa natural de Marte (la famosa esfinge) fotografiada por el Viking I, ¿por qué no esta vía, como merecido homenaje a Asimov? Ojalá que el triángulo de las Bermudas no se adelante a esta propuesta. Paul Kurtz, miembro de la AAAS Paul Kurtz, fundador y Presidente del CSICOP, Committee for the Scientific Investigation of Claims of the Paranormal, profesor emérito de filosofía en la Uni-versidad Estatal de New York, fue elegido miembro de la American Association for the Advancement of Science (AAAS). Le fue otorgada esa distinción por su tarea de investigador, sus publicaciones, su servicio a la profesión, y por su vocación para di-fundir la ciencia a nivel popular. Si bien esta elección podría ser una más de la AAAS, a todos aquellos que alguna vez decidimos enfrentar a la pseudociencia con un esquema organizativo nos complace este reconocimiento a un experto y pionero en establecer un modelo de divulgación científica en temas de interés público que por mucho tiempo fueron patrimonio casi exclusivo de los mercaderes de la credulidad popular. Fue en 1975 cuando Kurtz sembró su semillita, a través de un manifiesto público que tuvo amplia repercusión periodística titulado Objections to Astrology que fuera firmado por 186 destacados científicos y publicado en la revista Humanist de la American Humanist Association (AHA). Hubo que esperar hasta mayo de 1976 para que en la convención anual de la AHA se produjera el gran encuentro: Martin Gardner, James Randi, Marcello Truzzi, y Ray Hyman formaron conjuntamente con Paul Kurtz el CSICOP. En el mismo año (otoño de 1976) aparecía The Zetetic, que en 1977 pasaría a llamarse The Skeptical Inquirer. El rápido crecimiento del CSICOP, el apoyo de destacadas figuras del ámbito científico, y el alcance internacional de The Skeptical favorecieron el surgimiento de otras instituciones independientes con objetivos similares al CSICOP, hoy dispersos por todo el mundo y con la misma vocación de enfrentar a la pseudociencia. Pags. 20-23
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